Los peques de 5 años fuimos a visitar la Plaza de Abastos de nuestra ciudad para conocerla de cerca, recorrerla y realizar algunas compras.
Una visita inolvidable y única para muchos niños y niñas que nunca estuvieron en ella y que descubrieron que, este lugar tan emblemático de Ourense, encierra un montón de cosas sorprendentes.
De la mano de Alberto, un guía excepcional, comenzamos el recorrido con la primera parada en Frutas Margarita donde pudimos ver las distintas frutas y verduras que allí se venden. La frutera fue muy cariñosa con nosotros y nos mostró algunos de los frutos de la huerta y las frutas de temporada.
Alberto también nos habló la importancia de estos alimentos para gozar de una buena salud y nos recordó que deben formar parte de nuestra dieta diaria.
Un descubrimiento para todos nosotros fue el lavadero que hay en la parte baja del mercado. Tras pasar una puerta y recorrer un pasillo, apareció un gran lavadero de piedra con tres cubetas en el que había una mujer lavando la ropa. Alberto nos contó que ese lugar era utilizado hace mucho años pero que , hoy en día, alguna gente sigue empleándolo porque tiene una peculiaridad: es agua caliente de la Burgas, y eso hace que la ropa quede muy suave.
Continuamos el recorrido y llegamos al puesto donde venden plantas aromáticas y otras variedades de plantas como las fresas, las lechugas, la remolacha, las cebollas, las acelgas...
Aquí nuestros sentidos se pusieron a funcionar para ver, oler, tocar...
Cruzamos nuevamente, dejando atrás las panaderías, para entrar en el el edificio del mercado y nos dirigimos a los puestos de congelados. Allí vimos el congelador con todos los productos que exhibía pero nuestros ojos se fueron derechos a los...¡¡¡helados!!!.
También tuvimos ocasión de ver el bacalao seco y aprendimos que la sal es el mejor conservante para muchos alimentos.
Seguidamente llegamos a la pescadería donde nos mostraron las distintas variedades de pescados tanto de mar como de ría así como el acuario en el que estaban los marisco. Nos dieron una lección para aprender a reconocer la frescura de los distintos ejemplares y hasta nos enseñaron un pez que traía el anzuelo en la boca y así supimos como se pescan. Del mar a la mesa.
Siguiente parada: Carnicería Milucho. Con las carniceras jugamos a las adivinanzas intentando descubrir los distintos tipos de carnes (cerdo, vaca, conejo...), a reconocer las vísceras (hígado, riñones...). No podían faltar los chorizos, jamones y resto de embutidos. Pero causaron sensación las dos cabezas de cerdo y ternero que nos mostraron.
Nuestra compañera Adriana, estuvo encantada de saludar a un montón de amigos que allí tiene ya que su papá trabaja en esta empresa.
Y un final inesperado: regalos para todos. Una bonita bolsa del mercado, libro, piruleta y globo.
Muchísimas gracias por todo, Alberto. Hemos disfrutado mucho de esta visita didáctica. Has sido un magnífico maestro de ceremonias.
Al finalizar la visita, llegó el momento de ir de compras. Empezamos por la floristería para adquirir unas bonitas petunias con las que queremos adornar el patio de recreo. Cada mesa eligió el color que más le gustó y se comprometieron a cuidarla y regarla todos los días.
Y como ya somos mayores y sabemos sumar y restar, hemos pagado a las florista y recogido el cambio.Fue César el encargado de hacer la compra pues ese día era su cumpleaños.
También regresamos a la frutería para comprar el tentempié de la mañana y nada mejor que frutas de temporada: fresas y cerezas fueron las elegidas.
En este caso, fueron Emili y Ana Camila las encargadas de realizar la compra.
Volvemos al cole con las bolsas de la compra y con ganas de merendar.
Llegó la hora de saborear las frutas que compramos. Ya en la clase, las lavamos, secamos, colocamos en las bandejas y ... ¡¡¡a comer!!!.
Gracias también a la profe Ana por acompañarnos en esta salida y compartir esta experiencia con nosotros. Disfrutamos mucho juntos.¡¡¡Te queremos!!!
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